Moler café correctamente en casa, todo un arte

Sea cual sea la preparación de café que elijáis, ya sea café filtrado o espresso, siempre será necesario realizar la extracción a partir de granos de café molidos. Un molinillo de café, como bien sabréis, sirve para realizar esta molienda.

Si habéis llegado hasta aquí imaginamos que es porque estáis pensando comprar vuestro café en grano y molerlo vosotros mismos y, seguro que una pregunta se os ha pasado por la cabeza ¿Cómo debo moler los granos de café? No os preocupéis, saldréis de dudas leyendo nuestro artículo.

¿Por qué es bueno moler el café nosotros mismos?

Comprar café en granos y molerlo nosotros mismos justo antes de la preparación, es la mejor manera de preservar el frescor de todos los aromas, además, de esta manera, podemos disfrutar del placer de sentir el olor del café recién molido, una verdadera felicidad para los auténticos cafeteros de la que es una pena prescindir.

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Una molienda siempre fresca

El café es un producto que se conserva mal, sobre todo en su estado molido. Una vez que se realiza la molienda, se producen 2 reacciones: la liberación de C02, (conservador natural contenido en los granos) y la aceleración de la oxidación de los aceites esenciales aromáticos del café, además de la de otros componentes aromáticos que entran en contacto con el aire.

De esta manera, el potencial de conservación de un paquete abierto pasa de unos días en su estado en grano a solo algunas horas en estado molido ¿No es suficiente para convenceros? Seguid leyendo.

Control total del grosor

El grosor de la molienda, (llamado granulometría) es un ajuste fundamental que se debe variar dependiendo del método de extracción y del resultado final en taza que se quiera obtener. El tiempo que el agua fluye a través de la molienda durante la extracción y el equilibrio del café dependen en gran medida de este ajuste, por eso también desaconsejamos comprar café molido con una granulometría fija.

Adaptar la molienda a cada método de preparación

Como ya hemos comentado, no todas las preparaciones de café necesitan el mismo grosor de molienda. Moler el café nosotros mismos nos permitirá jugar con este ajuste que tendrá un impacto directo en la velocidad de extracción de las moléculas aromáticas del café.

Cuanto más fina sea la molienda, mayor será la superficie de contacto con el agua y más rápido se disolverán los componentes del café.

En el caso de un café espresso, por ejemplo, necesitaremos una molienda fina para compensar su corto tiempo de extracción (menos de 30 segundos), mientras que para la infusión con métodos dulces, como la prensa francesa (4 minutos de extracción) es recomendable una molienda más gruesa, para limitar el amargor y los sedimentos en la taza.

¿Como moler café para cada modelo de cafetera?

En el cuadro que os mostramos a continuación podréis observar el grosor de la molienda más recomendable a cada tipo de cafetera comparado con el grosor de condimentos como la sal o el azúcar, para que os hagáis una idea más cercana.

¿Por qué existe un rango para cada molienda y no un punto específico?

Porque también existen otras variables a tener en cuenta, no solamente el tipo de cafetera:

• El tipo de grano (variedad, densidad, grado de torrefacción…).
• La dosis necesaria (cuanto mayor sea la cantidad, más grueso será necesario moler).
• Las condiciones climáticas, ya que en un ambiente húmedo la molienda debe ser más gruesa.
• El gusto de cada persona es único, por eso os aconsejamos probar con diferentes grosores de molienda (dentro del rango de cada cafetera) hasta que encontréis la que más se adapte a vosotros.

¿Qué tipo de molinillo es el más recomendable para moler café?

Para moler café en casa, será suficiente con tener un molinillo de café, aunque con todos los modelos que existen en el mercado puede ser difícil decantarse por uno. La primera decisión deberá ser la de elegir entre un molinillo manual o un molinillo eléctrico y cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes.

Haciendo un pasaje rápido por cada modelo, podemos decir que los manuales tienen la ventaja de ser silenciosos y los podemos llevar con nosotros a todas partes, pero tienen la desventaja de ser más lentos y necesitan ayuda de nuestra parte, aunque unas vueltas de manivela no pueden hacer daño a nadie.

Los molinillos eléctricos, normalmente más voluminosos, son más prácticos para preparar varias tazas y suelen ser más precisos para extracciones con máquinas espresso.

¿Molinillo de cuchillas o de muelas?

Os recomendamos invertir en un molinillo de muelas antes que en uno de cuchillas y por varias razones:

• Los molinillos de cuchillas no ofrecen la misma homogeneidad en la molienda, muy importante para conseguir una buena extracción de nuestro café.
• Con los molinillos de cuchillas no podremos elegir un grosor preciso, mientras más tiempo se muele, más fina es la molienda, por lo que tendremos que practicar para conocer el tiempo adecuado, nada práctico.
• Los molinillos de cuchillas tienen tendencia a calentar la molienda, nada aconsejable si queremos conservar todas las cualidades de nuestros granos de café.

En definitiva, los molinillos de muelas producen una molienda más homogénea y, sobre todo, nos permitan ajustar el grosor que más conviene a nuestro método de preparación.

¡No dejéis de probar con diferentes moliendas!

No dejéis nunca de probar, ya que será la mejor manera de conseguir la molienda que más se adapte a vuestro método de extracción y, por lo tanto, a vuestra taza perfecta.

¿Vuestro café es demasiado ácido o tiene un cuerpo demasiado ligero? Probad con una molienda más fina para aumentar el tiempo de extracción.

¿Vuestro café es muy amargo y espeso? En este caso intentadlo con una molienda más gruesa, de esta manera el agua estará menos tiempo en contacto con la molienda y conseguiréis una taza más ligera y aromática.

Interesante: Vuestro ajuste de molienda probablemente cambiará de unos granos de café a otros, pero también dependiendo de si el clima es más o menos húmedo… sobre todo en el caso del espresso. No dudéis en reajustar periódicamente la configuración de vuestro molinillo.

¡Y a disfrutar de vuestra taza de café recién molido!

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