Última actualización el 05/11/24 por David Naranjo

Historia del café, desde sus orígenes hasta la actualidad

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Viajar en el tiempo para conocer la historia del café, para llegar al origen, a las mismísimas raíces de la planta y comprender mejor qué es lo que bebemos, ese licor negro que forma parte de nuestro día a día.

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Etiopía, el origen del café

Aunque sea difícil de imaginar, el café ya crecía de forma salvaje antes de ser cultivado. Los botanistas estiman que el café pudo aparecer hace 400.000 años, quizás os parece mucho tiempo, pero nada comparable con el que llevan otras plantas en este mundo.

Todos los historiadores, botanistas, ecologistas… coinciden en una cosa: el café es originario de Etiopía. Sabemos a ciencia cierta que el café crecía abundantemente en el suroeste del país, en la región de Kaffa, situada al oeste de la actual Addis -Abeba, la tierra de los Oromos, un pueblo étnico del país que aún sobrevive en la actualidad.

Por el contrario, aunque se hayan creado muchos debates, inventado historias y desarrollado algunas hipótesis, aún no sabemos a ciencia cierta quiénes fueron los primeros en beber café.

Son muchos los que se han aventurado a descubrir este misterio, y todas las cartas están sobre la mesa. Tanto en la Biblia como en la Iliada se habla de un brebaje negro obtenido de las bayas de un arbusto, sin embargo, no se han encontrados rastros de consumo de café antes de la edad media.

Tan solo el descubrimiento, recientemente, de granos de café Arábica tostados en los vestigios de la antigua Kush, en los Emiratos Arabes Unidos, nos puede hacer pensar que el café pudo comercializarse fuera de Etiopía en el siglo XII.

Partiendo de estos conocimientos, podemos decir que el café es una bebida reciente en la historia de la humanidad, cuando la comparamos, por ejemplo, con la cerveza o el vino.

La utilización tardía de esta planta con la que el pueblo Etiope ha coexistido durante miles de años puede parecer extraña, pero saber por qué los etíopes no utilizaron los frutos del cafeto antes de la Edad Media es menos pertinente que intentar comprender cuál fue la causa que los llevó a descubrir sus cualidades. ¿Por qué de la noche a la mañana el cafeto se volvió digno de interés?

Cronología de la historia del café

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Antes del siglo XII
Aún no existe mención alguna de la existencia del café, tampoco ningún rastro arqueológico ni de consumo. La tradición convierte a los Oromos de Etiopía y los Bongas de Kaffa en los primeros consumidores de café sin tostar.
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Siglo xii
Primeros rastros arqueológicos de café tostado en el reino de Kush (Emiratos Árabes Unidos en la actualidad).
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Siglo XV

Primeras menciones literarias del uso del café en Zabid.

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Principios del siglo XVI

El comercio del café se difunde en todo el “Dar al-Islam” (tierra delm Islam) por los Sufíes.

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1515

Aparecen las primeras leyes anti-café en La Meca.

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1543-1550

Se desarrollan las primeras plantaciones de café Arábica procedente de Etiopía en Yemen.

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Del siglo XV al Siglo XVII

Yemen posee el monopolio del comercio y producción del café.

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1615

El café llega a Europa gracias a los holandeses, después del cacao (1528) y el té (1610).

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1645

Las primeras cafeterías europeas abren sus puertas. La “Bottega del Caffé” en Venecia sería la más famosa de la época. Quince años más tarde, todo el continente conocía la infusión de licor negro.

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La China, el detonante

El elemento más importante, el detonante para que los etíopes comenzaran a utilizar los beneficios del café fueron sus contactos con la China, sus bebedores de té y sus comunidades musulmanas.

Los chinos lo han inventado casi todo, sabemos, por ejemplo, que a principios del siglo XIV, el chino musulmán Zheng He, realizaría hasta siete expediciones marítimas hasta Aden y la península arábica. El objetivo de sus numerosos viajes, acompañado por otros mercaderes y compañeros sufíes era el de reunirse en los lugares santos del Islam, pero también el de establecer un comercio: el intercambio de cerámicas chinas por plantas medicinales.

Gracias a sus numerosos contactos con las poblaciones locales, es más que posible que Zheng He y sus hombres fueran los encargados de la difusión del té en los países árabes, y en particular en Yemen.

Se sabe que las comunidades sufíes de Yunan consumían infusiones de té para poder mantenerse despiertos y rezar durante horas. Por contra, cuando las reservas de té se acababan, los yemenitas y etíopes podían constatar que las plantas de té no crecían ni en La Meca, ni en Yemen ni en ninguna parte de Arabia, empujándolos a la búsqueda de otra planta con efectos estimulantes: el cafeto y sus hojas.

Abou Muhammad Bensaid, el descubridor

¿Quién tuvo la ingeniosa idea? ¿Quién copiaría a los chinos con los medios disponibles? Hay que rebuscar bien en la historia, no en los libros, sino en aquellas que se cuentan de generación en generación y que se convierten en leyendas.

¿Habéis oído hablar de Gemaleddin Abou Muhammad Bensaid? Suponemos que no, pues bien, que sepáis que es el culpable de nuestra adicción a la cafeína.

Cuenta la leyenda que Gemaleddin era un joven sufí muy devoto que se encontraba en Aden al mismo tiempo que Zheng He y sus hombres.

El joven curioso solía encontrarse con los sufís chinos y practicar sus costumbres, entre las que se encontraba el consumo de té durante las ceremonias. Con el paso del tiempo Gemaleddin se convertiría en uno de los religiosos más influyentes de la región y sería el encargado de popularizar el consumo de té antes de la oración.

A falta de té, el joven osado decidió probar con el cafeto y sus hojas. Habían nacido la Kati (Kotea ou Kish’ r), la infusión de hojas de cafeto secadas al fuego y la Amertassa, la infusión con hojas verdes secadas al sol.

Gemaleddin pasaría así a la posteridad y, el café, su comercio, difusión y consumición quedarían estrechamente ligadas al Cuerno de Africa y al mundo musulmán en general.

 

Los Oromos, los primeros consumidores de café

Al mismo tiempo y en la misma época que el supuesto Gemaleddin, los Oromos del suodeste de Etiopía, que no eran ni árabes, ni musulmanes, ya solían preparar infusiones con hojas de café, y pasaban la mayor parte de sus jornadas masticando bolas de hojas de café mezcladas con grasa, consumiendo, además, sus cerezas maduras.

Gemaleddin no sería entonces el inventor, sino el encargado de fusionar los conocimientos chinos sobre las infusiones y las costumbres del pueblo Oromo en la consumición de café.

Los árabes conocían bien a los Oromos, establecidos en la zona oriental de Etiopía. Harar, una ciudad situada al este del país, fue durante siglos el gran centro comercial de la región, situada en una zona estratégica entre el “África Negra” y el “África Árabe”

Los Bongas, habitantes de Harar y de su región eran especialistas en el comercio, y en especial el de esclavos. Vendiendo y frecuentando a los Oromos, los Bongas árabes habrían adquirido la habitud de mascar café.

Desde Harar, la planta llegaría a la vecina Yemen, sin duda gracias a los peregrinos, sufís y mercaderes. Podemos decir entonces que el café vendría de los Oromos, pero que se propagó gracias al pueblo árabe, y ante todo a los Bongas y los sufís.

Este sería el origen, no del café, sino de la infusión que conocemos hoy en día.

 

¿Quién fue Kaldi?

El origen del café está ligado a miles de leyendas, de historias… esto nos encanta. Al parecer, un joven pastor de ovejas llamado Kaldi, allá por el año 850, habría descubierto una actividad inusual en su rebaño tras comer los frutos rojos de un pequeño arbusto, el cafeto.

Orgulloso de su descubrimiento, decide llevar los granos, o quizás las hojas del arbusto, a unos monjes que vivían en la zona. La leyenda cuenta que los monjes decidieron realizar un brebaje con el regalo del joven pastor y que la noche de oración fue intensa. Poco importa si fueron los granos, o las hojas, gracias a Kaldi aparecerían los primeros adictos a la cafeína de la historia, unos monjes religiosos.

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¿Cuándo fueron tostados y consumidos los primeros granos de café?

Ya sabemos quiénes descubrieron y cómo se consumió el café por primera vez, pero… ¿Quién tuvo la idea de tostar por primera vez los granos?

Esta idea también sería de un sufí, Al-Sahdhili, fundador de una de las comunidades sufís más grandes de la historia. Parece ser que aún en la actualidad es honorado en países como Algeria, donde no es raro pedir en la barra de un bar un “shadhili” cundo queremos un café. Este ilustre personaje vivió sin duda en Al-Makkah, la famosa ciudad portuaria de Mocha.

Todas las versiones que cuentan el descubrimiento de Al-Shadili están construidas a partir de mitos indoeuropeos, al igual que las historias que narran el origen del pan, el vino, la cerveza…

Una nos cuenta que tuvo la genial idea una noche, cuando se dirigía a realizar sus oraciones, otra historia afirma que fue durante su exilio y una tercera nos relata que a través de sus oraciones, el Arcángel San Gabriel le habría desvelado los secretos de la planta.

El café, como muchos de los productos transformados, aparecería como una bendición llegada de regiones desconocidas y se convierte en algo sagrado, como todo aquello que se come y se bebe, y sobre todo como todo aquello que ayuda en la oración.

Yemen, el primer país en comercializar el café

Si para nosotros Etiopia y Yemen son dos países completamente diferentes, la realidad es distinta. Para empezar, porque ciudades como Harar (en Etiopia) y Aden (en Yemen) han tenido una estrecha relación como principales ciudades comerciales durante siglos y, además, estos territorios han estado siempre dominados y siguen perteneciendo a “Dar al Islam” (territorio del Islam), algo que a los no musulmanes quizas nos resulte un poco dificile de entender.

Los contactos, las rutas marítimas, y los intercambios no han cesado desde hace siglos entre estos dos países. Los sufís, por ejemplo, y con ellos el café, atravesaban el estrecho naturalmente. Procedentes de la región de Harar, los granos de café eran transportados desde el puerto de Zeila en Etiopía al puerto de Mocha, en Yemen, donde se almacenaban el tiempo suficiente para que se volvieran estériles, para después ser vendidos en toda la península arábica, un comercio que perduró durante siglos.

Como era de esperar, los cultivos de café no tardaron en desarrollarse en el país, y hacia el año 1550, los flancos de la montaña de Nasmurade (Nakil Sumara), en el sur de Yemen, fueron cubiertos de cafetales.

Esta nueva cultura provocaría una enorme convulsión social, cultural y paisajística. Con una demanda cada vez más elevada, desde la India hasta el Maghreb, la cultura del café crecería rápidamente, acumulando migraciones de la población de las zonas costeras hacia la montaña, poco pobladas hasta el momento.

El fenómeno de las plantaciones en Yemen fue considerable y crearían un debate sobre la paternidad del café.

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¿Yemen o Etiopía?

Segun historiadores y botanistas, el café fue importado de Etiopía a Yemen. Los granos o plantas de café llegarían al puerto de Mocha procedentes de Harar, obtenidos de cafetales que crecían en estado salvaje en la región de Kaffa, una vez en Yemen, las plantas llegarían a aclimatarse y comenzaron a ser cultivadas.

Otra de las hipótesis afirmaba que Yemen poseía variedades nativas, que crecían de forma salvaje y a partir de las cuales se desarrollaron los primeros cultivos en el siglo XVI.

A día de hoy se sabe ciencia cierta que las primeras plantas de arábica aparecieron hace miles de años en Etiopía, aunque la incertitud ha estado presente durante décadas. Lo que sí es cierto es que Yemen se convirtió en el centro mundial del mercado del café.

El café proveniente de Etiopía llegaba al puerto de Mocha y era vendido, la mayoría de veces, mezclado con granos cultivados en las plantaciones de Yemen.

Los mercaderes llegaban al puerto de Mocha procedentes de todo el mundo islámico, y en tan solo unas décadas Yemen destronaría a Etiopía convirtiéndose en el mayor productor de café del mundo. Mocha pasó de ser un puerto de importación a un puerto de exportación, difundiendo por el mundo un café local en lugar del café salvaje etíope, procedente de plantaciones cada vez más reconocidas.

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1680

Las primeras plantas etíopes se aclimatan en el sur de la India

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1686

El “Café” se convierte en un lugar. Francesco Procopio dei Coltelli abre el Procope en París.

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1696

Las primeras plantas se aclimatan en la isla de Java (Indonesia).

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Finales del siglo XVII y siglo XVIII

Se desarrollan cafetales en todo el mundo. Primero gracias a los holandeses, que comienzan a plantar en Asia (Indonesia y Ceilán) y en America Latina (Surinam, en 1718). Después, gracias a los franceses, que comienzan a plantar en las Antillas y toda America Central.

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1720

Las plantas procedentes de Yemen que fueron plantadas en las Isla Bourbon (La Reunión) comienzan a producir sus primeros frutos.

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1721

Ámsterdam importa el primer cargamento de café javanés. El Arábica se extiende por todo el mundo

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16 de Diciembre de 1773

Boston Tea Party; el café se convierte en el símbolo de la lucha contra Inglaterra, que tiene una relación especial con el té. Y el café adquiere un sabor a libertad.

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1869

La Hemileia vastatrix diezmó los cafetales, comenzando por los de Ceilán.

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1875

Se introduce la Libérica en Indonesia.

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1882

Primera transacción de café en el New York Coffee Exchange

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Finales del siglo XIX

Descubrimiento de la Coffea Canephora (Robusta) en el Congo, que conquistará rápidamente buena parte del mundo.

La difusión del café por el mundo

Una vez que les yemenitas consiguieron domesticar el café, empezaron a comercializarlo en todo el Mediterráneo y consiguió extenderse llegando hasta los principales países europeos. Las ciudades más importantes del continente: Viena, Roma, Paris, Londres… conocen las propiedades de esta bebida “mágica”.

El puerto de Mocha se convierte en centro de interés mundial y los europeos entendien rápidamente que las plantas que dan vida a los granos de café podrían adaptarse perfectamente al clima de sus colonias ecuatoriales. A finales del siglo XVIII, las colonias intertropicales acogerían inmensas zonas de cultivos de café.

Pero los europeos no fueron los primeros en cultivar café fuera de Arabia, serían peregrinos indios, en especial Baba Budan, quienes habrían emprendido la laboriosa tarea de aclimatar los cafetos fuera de los límites del Golfo de Aden y del cuerno de África.

En aquella época, alrededor del año 1680, los yemenitas no sentían amenazado su monopolio. ya que la producción de café en la India era más que modesta, pero la India sería solo el primer aviso, del cual los yemeníes no tomaron, al parecer, las medidas necesarias.

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Plantaciones de café en las colonias ecuatoriales

El verdadero peligro para el monopolio yemení llegaría años más tarde de manos de los europeos, en plena conquista del mundo. La leyenda cuenta que la Compañía holandesa de las Indias Orientales, conseguiría, bajo orden de su gobernador, robar semillas o plantas de café fértiles en el puerto de Mocha.

Orgullosos de su logro, harían prosperar la planta en la isla de Java, joya de la corona, antes de exportarla a sus colonias asiáticas (sobre todo en Ceylan, en el siglo XVIII)

En 1706, el gobernador de Java enviaría al Hortus Botanica de Amsterdam algunas plantas de Typica (variedad arábica de la planta original de Etiopía), de la que solo lograría sobrevivir una. Esta planta fue cultivada en invernadero y pudo ser estudiada por primera vez por botanistas europeos.

El comercio de café en Java comenzaría a partir de 1718, poniendo fin al monopolio yemení y llegando a invertir la jerarquía, pasando por encima del mercado árabe.

A comienzos del siglo XVIII las Provincias Unidas de los Paises Bajos fundarían el primer linaje botánico mundial de café: la Typica. De una sola planta, cubrirán sus colonias y parte del mundo de plantaciones de café.

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Typica, el regalo de Holanda a Europa

Los holandeses regalarían, sorprendentemente, plantas obtenidas a partir de la Typica de Java a los grandes jardines europeos y, el rey de Francia, Luis XIV, exigiría la suya como compensación de guerra tras el Tratado de Utrecht. El país galo obtendría así su primera planta de café.

Sobre el futuro de esta planta son varias las especulaciones. Algunas sostienen que la planta no habría logrado sobrevivir mucho tiempo, mientras otras sugieren que la planta conseguió adaptarse y que incluso llegaría a producir sus primeros frutos.

Lo que si sabemos con certeza es que la corte de Luis XIV y sus sucesores querian ver florecer cafetales en cus colonias.

La expansión francesa y el nacimiento del café Bourbon

Bajo orden del rey, el capitán Guillaume Dufresne de Arsel lograría aclimatar plantas de café procedentes de Yemen en la isla Bourbon (actual isla de La Reunion)

Sin embargo, el experimento no resultó nada fácil y estuvo a punto de fracasar. Las plantas, acostumbradas a las condiciones climáticas de Yemen, tuvieron dificultades para adaptarse a su nuevo ecosistema, cuenta la leyenda que cautro años más tarde, de todos los cafetos que fueron plantados ¡solo logró sobrevivir uno!

Ese mismo año, utilizarían la sola superviviente para reproducir dobles a gran escala, repartiéndolos entre toda la población, a los que alentaban para que fueran plantadas en sus jardines, había nacido un nuevo linaje botánico de café, el Bourbon.

Plantaciones en las Antillas

Al estar más cerca y ser más accesibles, las Antillas eran una opción más lógica para el comercio del café, y en 1716 la primera expedición puso rumbo a las islas, llevada a cabo por el botanista Isambert, pero las plantas de Typica utilizadas en el proyecto no lograrían sobrevivir.

Un segundo proyecto fue llevado a cabo en 1720 por Gabriel de Clieu, que transportaría algunas plantas en su barco y lograrían adaptarse con éxito dando sus primeros frutos 4 años más tarde, en 1726.

El país Galo no tardaría en extender sus plantaciones en sus otras colonias del Caribe, como Martinica y Guadalupe. El mercado del café fue en aquella época una apuesta importante en la batalla por los recursos agrícolas que libraban las principales potencias europeas.

Los holandeses fueron los primeros en comenzar la batalla, seguidos por los franceses. En 1730, conscientes de su retraso, los ingleses se unen a la carrera y desarrollan plantaciones de café en la isla de Jamaica, imitados por los españoles, que se implantan en Cuba, en 1748.

En menos de 30 años, la mayoría de las colonias europeas del mar Caribe estarían cubiertas de plantaciones de café.

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Las primeras plantaciones de café en Sudamérica

Las primeras plantaciones en el continente americano crecieron en la Guyana francesa y, como era de esperar, no solo se desarrollarían en suelo francés, llegando a expandirse en muy poco tiempo a Centroamérica y buena parte de la América Latina.

El café no llegó al mismo tiempo ni de la misma forma en cada país, y cada uno tiene una historia particular:

– A Brasil en 1727.
– A Colombia en 1730.
– A Honduras en 1740.
– A Perú entre 1740 y 1760.
– A México en 1802.

Siglo XVIII, la edad de oro de la expansión del café

En 1750, gracias a la expansión de las grandes potencias europeas, las plantaciones de café crecían simultáneamente en los 4 continentes.

La cultura del café se expandiría rápidamente en todo el mundo durante el siglo XVIII. En la década de 1720 se producían en todo el mundo unas 90 toneladas de café, procedentes principalmente de las plantaciones de la isla de Java.

Cincuenta años más tarde, época en la que comienzan a desarrollarse las primeras plantaciones en suelo americano, son recolectadas más de 320 toneladas de café, buena parte producida en las Antillas y la isla de La Reunion.

En 1820, otros 50 años más tarde, el mercado del café explota: más de 80.000 toneladas de café son exportadas en el mundo, 250 veces más que en 1770, siendo Brasil uno de los principales protagonistas.

Los grandes protagonistas de este mercado mundial serían Francia y Alemania, importando respectivamente 500.000 y un millón de sacos en 1850, es decir, 30.000 y 60.000 toneladas de café. A día de hoy Alemania ocupa todavía la primera plaza como país importador a nivel europeo, aunque a nivel mundial es ganada de largo por los Estados Unidos.

Granos de Café Robusta

El descubrimiento de nuevas variedades de plantas de café

La cultura del café también cambiaría en el ámbito de la botánica y comenzaría la búsqueda para catalogar nuevas especies, llevadas a cabo en el continente africano. El célebre botanista francés Jean Baptiste de Lamark describiría en 1783 la Coffea Mauritiana, de la isla Bourbon, antes de analizar la Coffea Racemosa, de Mozambique.

Luego se descubriría la Coffea Liberica, en las costas de Liberia y la Coffea Stenophilla, en la actual Guinea Conakry. Grandes aventureros como David Livingstone o Henry Morton no dudarían en adentrarse en tierras salvajes a través de los ríos, y decenas de nuevas especies fueron descubiertas durante estas expediciones en los bosques ecuatoriales y tropicales.

Cada década se descubrían diferentes variedades de plantas de café, sin embargo, hasta finales del siglo XIX en las plantaciones de cafetales solo se encontraban la especie Arábica y sus 2 variedades principales: la Typica y la Bourbon.

Habria que esperar a que aparecieran las primeras enfermedades para que el interés suscitado por las nuevas especies se tradujera en plantaciones, aunque sus propiedades eran conocidas desde hacía tiempo por los gobernadores de las colonias: buen rendimiento y resistencia a las enfermedades, buena resistencia al sol y el calor y aclimatación en zonas bajas.

Las primeras plantaciones de Libérica y Robusta

La enfermedad más común que ataca las plantaciones de café es “la roya”. Esta plaga se propagó primero en Asia, para extenderse al mundo entero. El remedio a esta enfermedad fue radical, la mayoría de plantas de Arábica viejas o frágiles fueron arrancadas y reemplazadas por nuevas especies más “robustas “.

La primera especie con la que se experimentó fue la Liberica, pero también resultó ser sensible a las enfermedades. Llegaría entonces el turno de la Coffea Canephora (café Robusta), descubierta en el Congo en 1860. Esta nueva especie, además de resistente a las enfermedades resulta muy productiva, suponiendo todo un éxito mundial. La plantaciones de café Robusta se propagarian como la polvora

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1903

Desarrollo de la descafeinación por Ludwig Roselius.

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1938

Nestlé lanza al mercado el café instantáneo o soluble.

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Años 70

Comienza la segunda ola del café (Second Wave) en la costa oeste de los Estados Unidos. En Europa, algunos tostadores trabajaban ya de esta manera desde los años 60.

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1988

El café se vuelve ético. Creación de la Fundación Max Havelaar en Holanda.

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1989

El comercio del café se liberaliza y los precios entran en una fase turbulenta.

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1999

Fundación de la Cup of Excellence y comienzo de la Tercera Ola (Third Wave)

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2000

Cambio de paradigma con la desmercantilización y premiumización del café. Explosión de los cafés de especialidad y cambio climático sostenible.

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El café en el siglo XX

Son varios los cambios que se produjeron en este siglo en el cultivo del café. Brasil se convertiría rápidamente en el máximo productor de café del mundo, y aún a día de hoy es seguido de lejos por el segundo. Java no llegaría a producir las mismas cantidades de café tras la abolición de la esclavitud y el paso por la isla de la enfermedad de la roya.

La producción de café en Colombia había progresado hasta colocarse entre los primeros países productores de café, aunque aún lejos de su vecino carioca. Vietnam se colocaría en el segundo puesto gracias a sus plantaciones de robusta, aunque también lejos de destronar al gigante. Podemos afirmar que el siglo XX ha sido el de Brasil y, a no ser que las condiciones climáticas cambien drásticamente, también lo será el siglo XXI.

Sin embargo, esta dominación no puede esconder los cambios profundos que se produjeron en la producción de café a nivel mundial, que afectaron en consecuencia directa a Brasil.

La generalización de la cultura de otras especies diferentes a la arábica supondría toda una revolución y fundaría los nuevos pilares de la cultura de café a nivel mundial: plantaciones en prácticamente todos los países intertropicales (90 a día de hoy), masificación de la oferta por parte de las multinacionales, denominación de los cafés de origen…

El café Arábica, aun siendo de mejor calidad, dejaria de estar solo en el mercado.

 

Cronología de los puertos de café a lo largo de la historia

A lo largo de los siglos, la ubicación de los principales puertos cafetaleros se ha desplazado de un continente a otro siguiendo las zonas de producción y las áreas de consumo dominantes.

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Del siglo XIV al siglo XVIII

Moca (Yemen), Bay al-Fahid (Península Arábica) y El Cairo (Egipto).

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Mediados del siglo XVIII

Marsella (Francia) y Amsterdam (Holanda).

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Mediados del siglo XIX y siglo XX

Santos (Brasil), Nueva Orleans (Estados Unidos), Hamburgo (Alemania) y Buenaventura (Colombia).

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Siglo xx y principios del siglo xxi

Nueva Orleans, Amberes (Bélgica) y Shangái (China).

Y esta es la historia, más bien resumida, de tan preciada bebida. Me encanta una frase que dice: “Si no hubiera existido el café, muchas cosas jamás habrían sido pensadas, dichas ni desarrolladas”

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David Naranjo

David Naranjo

¡Gracias por unirte a esta taza de conocimiento cafetero! Soy David Naranjo, tu guía en el apasionante mundo del café. ¡Disfruta, aprende y prepárate para saborear nuevas experiencias cafeteras!

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